27.12.08

Go Falcons!


Desde el sillón... perdonarán ustedes que tenga un widget de la NFL arriba de las citas de reconocidos autores. (si no lo han visto hasta el sol de hoy, bueno, basta con fijarse al final de la página, ahí hay algo...). Sé que muchos y muchas de ustedes apreciarán más las palabras que los marcadores de la temporada de la National Football League, y esto porque citas como la de John Steinbeck "Writers are a little below the clowns and a little above the trained seals", pueden mover el ánimo en un día oscuro...
Pero, ¿saben ustedes que, para mí y para muchos, los meses de enero a agosto son solamente una antesala? Empiezo a vivir en septiembre para sentir que se me estruja el corazón con el Súper Domingo (Domingo en el que se juega el Súper Tazón o Súper Bowl, por ahí del primer domingo de febrero, por lo general). Y se me estruja porque, como a los niños, ya se acabó la fiesta. Entonces los aficionados nos consolamos con el canal de la NFL y vemos partidos repetidos, especiales, análisis del draft... Yo, que casi nunca me siento a ver televisión, de septiembre a febrero, me encierro en casa los domingos para ver dos, tres partidos. El lunes por la noche tiene sentido entonces.

Tengo la suerte -bendita suerte- de que mi mujer comparta esta afición, de no ser así, tendríamos muuchos problemas. No todo en esta vida es perfecto, pues es fanática de otro equipo -no del mejor, el mío, claro- pero pues no necesito más que la pasión vaya por el mismo rumbo.

Bien, sólo quería explicar un widget que más bien saltaba por no combinar en este espacio, pero, de algún modo, combina conmigo... Además, me es imposible ocultar mi emoción por estar en los playoffs. Go Falcons!
p.d. Perdonarán que no escriba de temas navideños, pero imagino que la mayoría de los lectores están hartos de los villancicos del súper, así que ya que haya pasado la euforia, quizás... Los buenos deseos para todos están implícitos en estas letras...

23.12.08

Brrrr...


Desde el sillón... les cuento que no me puedo dormir porque estoy esperando una llamada. Y con todo y que estoy debidamente cubierta, los 2 grados centígrados me molestan en las manos... y en la cabeza.

"El frío de uno es del tamaño de la cobija que se posee", me dijo Tata esta mañana (frase cortesía de su dentista, quie aparte de blanquearle los dientes le comparte sabiduría invernal) y no he dejado de pensar en esas palabras: frío - tamaño - cobija - posee.

Ciertamente, es una frase simple, práctica (¿qué le va a hacer el pobre que no tiene cobija más que aguantarse el frío?) pero mi mente se va más allá... y pienso entonces si sufre menos el que menos tiene (en parte, porque la situación le es inevitable, es decir "no le queda de otra") o por el contrario, benditos aquellos que tienen -tenemos- cobijas, pero entonces ¿realmente tenemos más frío? o bien, la idea va por otro lado, por el hecho de aprender a valorar las posesiones, sin sobrevalorarlas... no sé.

De una frase simple, como ven, puedo reflexionar tooodo el día y estos minutos de la madrugada, cuando mis schnauzerinos hijos se quejan porque mis manos están sobre este teclado y no sobre sus lomos, más tibios que mis pies.

Siempre que se habla -bien, corrijo- siempre que yo hablo de apego y desapego a las cosas materiales recuerdo mucho a una amiga, una buena amiga entonces y supongo que ahora, aunque el contacto ya no sea más que con pretextos cumpleañeros. Ella -Carolina, se llama- es más sabia que yo -por lo general, mis amigos lo son, aunque no todos y no siempre, je je- y de repente le pegaba a filosofar en ciertas cuestiones metafísicas muy válidas. Recuerdo largas charlas entre páginas editadas y corregidas; una de esas veces hablábamos de apego a las personas, a las cosas, a los sentimientos. Y una voz, una voz verde me resonó -entonces y ahora-en la cabeza: "Death is a natural part of life. Rejoice for those around you who transform into the Force. Mourn them do not. Miss them do not. Attachment leads to jealously.
The shadow of greed, that is.” (Yoda, Jedi Master)
Puede que los guionistas de la saga tengan razón. El apego conlleva a ser aprehensivo y eso es la sombra de la avaricia.
Y de nuevo la eterna reflexión de si realmente necesitamos lo que decimos que necesitamos.

Podría seguir toda la noche, pero está timbrando mi teléfono.
Supongo que he de desear una Feliz Navidad a los y las lectores.
Salud y paz mental, aunque deban de picar tooodos los kilos de manzana para la ensalada dulce.
Por favor, demuestren que la raza humana aún tiene esperanza: no se metan en las filas. Besos.


jeal·ous adj. 1. Fearful or wary of being supplanted; apprehensive of losing affection or position.

greed: n. An excessive desire to acquire or possess more than what one needs or deserves, especially with respect to material wealth


13.12.08

No me den un arma porque...


Desde el sillón... ¡no! Hoy no estoy en el sillón ni estoy ecuánime tampoco. De hecho, no debería escribir en estas circunstancias.
Cuentan que Mark Twain cuando estaba enojado con alguien le escribía terribles cartas y se las daba a su esposa para que las enviase. La esposa, sabia mujer, decía que sí pero guardaba -o destruía, no recuerdo bien- esas cartas para evitar enconos innecesarios.
Quizá yo debería de dedicarme a trabajar, que es en sí por lo que estoy en esta sala de edición del periódico, en lugar de escribir esta entrada del blog.
Pero hasta el Microsoft Word conspira contra mi paz mental y se tarda la vida en reaccionar. Y, honestamente, necesito las orejas de una hoja de papel (que en este caso, al ser blog, tiene boca) En breve: escribiré y punto.
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Escribo que no entiendo por qué en Diciembre, mes en el que se supone debemos ser más humanos, nos convertimos en seres inmensamente egoístas.
Por estar esforzándonos en cumplir con los requerimientos de las fechas decembrinas (tener todo listo para las fiestas, regalos, agendar mil y un borracheras, perdón, posadas, cambiar o mejorar el look, ir y venir, abarrotar los centros comerciales para después quejarnos de la cuesta de Enero...) bien, les decía, por estar preocupados por todo eso, nos olvidamos del sentido de la celebración.
Más allá de la religión, se supone que somos humanos.
Y no lo somos tanto. Ahi va la señora que se mete en la fila de autos porque lleva prisa (como si el reloj sólo funcionara para ella ) o la otra que te arrebata el regalo porque "es para mi abuelita" (¡como si sólo ella tuviera una!). Todos tenemos prisa y estamos tan agobiados por una celebración que debería de hacernos mejor personas pero nos convierte en la antítesis de la caridad, la comprensión y la gentileza.
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Además de que es diciembre y hace frío, justo en estos momentos, estoy fuera de mis cabales. Me declaro incompetente para dejar de pelear con la dueña de mi corazón y mis quincenas. Espero que todo pase, porque si no pasa... no sé. Ya estoy demasiado vieja. Cansada.

Bien, el procesador de textos funcionó.
Vuelvo al trabajo.
Tengan excelentes noches.

9.12.08

Andaba lejos...


Desde el sillón... les comparto la vista de Monterrey.
Sé que se ve borrosa, bueno, así la veía yo también desde el avión, porque me mareo. No me digsusta particularmente volar (el problema con viajar en avión es que llegas demasiado pronto a dónde sea, prefiero disfrutar los viajes en carretera) pero lo que sí me disgusta sobremanera es toda la faramaya aeropuertaria: odio las revisiones, el tiempo de espera, los retrasos... A eso hay que añadir que, a veces, me mareo, lo cual no hace agradable el viaje.
El caso es que andaba ausente, no sólo de este blog, sino también de Monterrey.
Cierto, no todo el tiempo, pero entre un lugar y otro, no me quedó mucho para pasar por aquí.
Lo lamento y estoy tratando de ponerme al día en los blogs amigos.
Por lo pronto, he de contar que desde mi último post han pasado muchas cosas.
Estoy adaptándome a un nuevo rtimo de vida, un ritmo donde mi pareja -que ahora forma parte de las estadísticas del autoempleo- pasa todo el día -y a Dios gracias todas las noches- conmigo.
Pero por más agradable que esto suene, ha sido necesario hacer ajustes... y en esas estamos.
(con decirles que en una semana me puso a limpiar el cuarto de los trebejos y ordené mis cajas que tenían casi 24 meses sin orden lógico alguno).
He cambiado mi opinión de los estadounidenses: la mayoría han sido amables.
Y también los habitantes de la Ciudad de México: ha sido un placer caminar por sus calles.
Creo que he subido medio kilo.
No daremos regalos en Navidad, hornearemos galletas.
Encontré viejos poemas y mucha nostalgia.
Me preparo para este fin de año... y el que viene.
He regresado, ahorita nos leemos.
 
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